Breve Reseña Biográfica 3

Desde 1998 asumió
el gran desafío de Fe y Alegría*

Convencido que la Educación es una herramienta fundamental para el desarrollo de las personas, Juan Luis encontró en Fe y Alegría un Movimiento con el que compartía no sólo la utopía, sino también la metodología de trabajo. Por eso se comprometió por entero con esta obra, que si bien estaba creciendo en Argentina, él ya conocía por su trabajo en América Latina.


“La concepción que sustenta esta propuesta es que los pobres, y especialmente los más abandonados y con menos posibilidades, tienen derecho a una educación de calidad que los prepare a la vida igual o mejor que los que pueden pagar por ella” (entrevista a Juan Luis, Diario La Nación, 8/04/01).

Por eso asumió el desafío de fortalecer y hacer crecer este Movimiento, para que pueda cumplir con su objetivo de “promover la formación de hombres y mujeres nuevos, concientes de sus potencialidades y de la realidad que los rodea, abiertos a la trascendencia, agentes de cambio y protagonistas de su propio desarrollo; a fin de contribuir a la creación de una sociedad nueva en la que se haga realidad el compromiso de una Fe Cristiana en obras de amor y justicia”[1]


*Fe y Alegría es un Movimiento de Educación Popular Integral y Promoción Social presente en 17 países de América Latina y España, ofreciendo educación de calidad para más de 1.200.000 alumnos de nuestro continente
Para alcanzar estas metas, Juan Luis ha tenido que recorrer las zonas más desfavorecidas de nuestro país, visitando los centros educativos, conversando con las comunidades y los docentes (ofreciendo charlas y talleres), así como con las autoridades y diversos medios de comunicación para posicionar el trabajo del movimiento.

En coherencia con su modo de trabajar, Juan Luis encontró que en Fe y Alegría también se parte de la comunidad, sus necesidades y sus potencialidades; “desde y con los pobres”:

“Una de las características que más han identificado el estilo de presencia de Fe y Alegría es su relación con la comunidad y la apertura a otras formas de educación no formal. Partiendo de las necesidades sentidas por una comunidad concreta se van buscando las respuestas. Como una de las prioridades suele ser la educación de los niños, adolescentes y adultos, muchas veces se comienza por la creación de una escuela inserta en el sistema educativo formal.

“La opción de partida es prestar un servicio educativo y comunitario a quienes la sociedad relega y desatiende. Y se hace desde un proyecto impulsado por personas y comunidades que quieren vivir su fe cristiana en coherencia con la propuesta de Jesús cuando anunció que venía a traer una Buena Noticia a los pobres” [2].

Todos los que tuvimos la dicha de conocerlo y trabajar con él sabemos de su compromiso con esta obra y rescatamos su entrega, su carisma y su modo de liderar equipos de trabajos. Siempre con sencillez pero con firmeza, con prudencia pero con coraje; siempre apostando al diálogo, buscando el consenso, creyendo y confiando en las potencialidades de los demás; soñando y animando a los otros a soñar en “otro mundo posible”.
Siempre positivo, optimista, de buen humor; siempre accesible, cercano, buen compañero y amigo. Siempre jugado por sus opciones, las que se manifestaban no sólo por medio de sus palabras, sino fundamentalmente, con su ejemplo y coherencia de vida.

En poco tiempo, Juan Luis se convirtió en un referente para la Federación Internacional de Fe y Alegría, siendo convocado a formar parte de la Junta Directiva y a dar también charlas y conferencias en los diversos Congresos del Movimiento.

Fe y Alegría… milagro cotidiano

“La arquitectura que hace posible este milagro cotidiano que es Fe y Alegría se basa en la participación de la comunidad local y educativa (vecinos, padres de familia, docentes y directivos), más aportes estatales y privados”.

“Confiamos en que este aporte a la educación y la evangelización de aquellos que siempre se nos quedan al margen de la historia pueda contribuir a una Argentina distinta”.

Fe y Alegría parte de un doble presupuesto:

- que todos y especialmente los más pobres entre los pobres tienen derecho a una educación de calidad y,

- por otra parte, como cristianos buscamos ofrecer la posibilidad de una educación que permita conocer el mensaje evangélico y vivir la experiencia de fe que implica ese anuncio de Jesús del Reino de Dios, o sea, una sociedad nueva donde todos podamos vivir como hermanos y hermanas por tener un Padre común[3].

Su preparación
para pasar a la
Casa del Padre


Los siguientes son textos
extraídos de cartas enviadas
por Juan Luis a
familiares y amigos:

“…Ante la frontera de la muerte se mezclan el aspecto de la fe y la certeza de que el Señor me está esperando, que no es un salto al vacío, con la reacción psicológica de querer asumirlo como algo natural y que ya me puede tocar” (feb´05).

“…Está de base la tranquilidad de haber recorrido un camino que me ha permitido vivir plenamente mis proyectos vitales y esperanzas; el haber podido querer y sentirme querido y aceptado por la gente que quiero, el haber podido aportar algo para hacer ‘que otro mundo sea posible’” (feb´05)

“…Todo esto ubica lo que siento y me hace enfrentar con bastante paz la posibilidad del paso definitivo. De todas maneras la apuesta sigue puesta en el presente y en lo que nos toca en la construcción del Reino desde aquí” (feb ´05)

“…Estoy en la etapa que Teilhard de Chardin llamaba de “divinización de las pasividades” después de haber pasado bastante intensamente por la “divinización de las actividades”. Sólo me queda ponerme en las manos del Señor y dejar que él vaya marcando los tiempos. Creo que en mi manera de asumirlo prevalece la disponibilidad y la paz, y el hecho de estar igual en lo físico ayuda para esto pero me doy cuenta de que mi impulso vital no es el de antes” (junio ´05).

[1] Ideario de Fe y Alegría
[2] Artículo escrito por Juan Luis para la revista CIAS, año 2000.
[3] Textos escritos por Juan Luis para medios de comunicación de Argentina

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